La alarmante sobreexposición de los niños en las redes sociales
Cualquier persona que frecuente en mayor o menor medida las redes sociales observará (protagonizará, incluso) un fenómeno que se produce con una, en mi humilde opinión, improcedente frecuencia. Se trata de la práctica recurrente de colgar en ellas numerosas fotografías de bebés, niños y jóvenes (a menudo, los propios hijos). No pongo en duda los sentimientos de amor y orgullo que impulsan a dichas publicaciones, pero lo cierto es que los adultos que no calibran suficientemente las consecuencias asociadas a estos actos son legión. La tentación de compartir los testimonios gráficos de los cumpleaños, las competiciones deportivas, las fiestas escolares o los viajes vacacionales les persigue sin descanso y no todos son capaces de resistirse a ella. Sin embargo, al menos en Italia, más de uno se lo pensará dos veces si no quiere ser castigado judicialmente y abonar una considerable multa.